Amor,
búscame porque te llamo.
Te
espero bailando entre los segundos,
sosegando
mis ansias entre los minutos,
con
las horas pegadas a tu recuerdo,
aplacando
con tus ecos mi cuerpo huraño,
tu
boca generosa embebida de leales hiedras,
el
atardecer de tu pasión,
el
cenit de mis susurros enredados con los tuyos,
tu
alma provocativa desbocándose en mí…
¡Ay,
amor, cuánto demoras en alcanzar mis brazos!