Amor,
búscame porque te llamo.
Te
espero bailando entre los segundos,
sosegando
mis ansias entre los minutos,
con
las horas pegadas a tu recuerdo,
aplacando
con tus ecos mi cuerpo huraño,
mi
deseo esclavo.
¡Cómo
te extraño amor!
Cómo
extraño
tu
boca generosa embebida de leales hiedras,
el
amanecer de tu sed,
el
atardecer de tu pasión,
el
cenit de mis susurros enredados con los tuyos,
tu
alma provocativa desbocándose en mí…
¡Ay,
amor, cuánto demoras en alcanzar mis brazos!
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